LOS PROFESORES, ¿CONOCEN A NUESTROS HIJOS?:
Desde luego que posiblemente no los conozcan del todo, pero tienen una información inestimable para nosotros los padres, que a veces no tenemos en cuenta.
A ningún padre o madre que haya ido al colegio, instituto a hablar con profesores se le escapa que los hay de todos tipos…, como los padres, las madres y como los hijos. Yo tengo cuatro hijos y no comprendo cómo han llegado a ser tan diferentes, acompañándolos a todos de la misma forma mientras crecían. Hay millones de factores en torno a ellos que nos «chafan» o nos ayudan (estos son los menos) en ese acompañamiento.
Independientemente del tipo de profesor con el que nos encontremos, tienen una información INTERESANTÍSIMA que darnos sobre nuestro hijo: ¡Ellos ven a nuestros hijos mientras se relacionan con «sus iguales»!, nosotros no tenemos ese PRIVILEGIO, y es una pena.
Tal y como lo veo, nuestros hijos tienen tres mundos: el que viven mientras están con nosotros en casa, de paseo, de viaje… ; el que viven mientras están en el colegio o instituto; y el que viven cuando están en la calle, con sus amigos, en el parque hablando o de marcha.
Como padre me encantaría estar presente en todos estos mundos y sólo puedo estar presente en el primero, que posiblemente sea el que más alejado está de la dichosa realidad que rodea de verdad al muchacho. Me gustaría estar presente no para controlar y limitar en plan dictador, sino para observar y detectar esas inconveniencias que si las conociera podría aconsejar, redirigir,… desde la comunicación, paciencia, diálogo… y en el mejor de los casos conseguir algo.
Con sinceridad, y a pesar que con esto dejo de ser un padre «moderno», si yo pudiera, estaría escondido observando a todos mis hijos en todo momento; aunque delante de éllos lo negaría siempre.
Los profesores están con ellos en ese otro mundo en el que nuestros hijos, si bien en ocasiones no están con sus amigos de verdad, al menos se están RELACIONANDO CON SUS IGUALES. El modo en que se comportan con sus compañeros de clase (en clase, en el recreo, a la entrada y salida del centro…), debe ser lo más parecido al modo en que se relacionan y comportan en la calle a lo que los adultos tenemos acceso (desgraciadamente en la calle, no suele haber adultos conocidos e interesados en la formación, que los puedan ver).
Cuando un profesor entra en el Centro, sale del Centro, va a desayunar en recreo, acompaña los alumnos a una actividad fuera del centro… puede ver a nuestros hijos en un ambiente que tiene que aportarnos mucha información.
Cuando como profesor, hablo con las familias y resulta que los que más hablan son los padres (ocurre con demasiada frecuencia) siento que acaban de perder una oportunidad increíble de conocer a su hijo en este ambiente escolar que es el último al que los adultos tenemos acceso.
Me encantaría encontrarme con más frecuencia padres que me dijeran:
- «háblame de mi hijo, de cómo se comporta en recreo.. con sus amigos…, al entrar al centro…, al salir del centro…,
- ¿cómo lo ves…?, ¿es buena persona…?, ¿es abusador con sus compañeros? ¿es buen amigo de sus amigos?
- ¿trata bien a los niños?, ¿a las niñas?, ¿es burletero?, ¿es un payaso?
- ¿se ríen de él?
- ¿está triste en clase?
- ¿está feliz y contento en recreo? ¿está solo en recreo?
- ¿se integra con los alumnos más populares? ¿es el típico empollón del que se rien?
- ¿se defiende de manera correcta ante burlas de sus compañeros? ¿es respetuoso con compañeros y profesores?
- ¿hay algún mote que le hayan puesto? ¿Hay algo concreto por lo que se rían de él?
- ¿Es ordenado?
- ¿Si el grupo se mete con algún compañero, es de los que se suman a la burla o es de los que lo defiende?
- ¿hace por llevarse bien con todos o sólo con los más populares?
- …
Francamente, como padre, he llegado un punto en el que me interesa más este tipo de cosas que los resultados académicos extraordinarios. Posiblemente si estas cosas van bien, los resultados académicos con seguimiento en casa, llegan solos y posiblemente ajustados a las propias capacidades y limitaciones.
La mayoría de los padres no sólo no preguntan estas cosas, sino que en ocasiones cuando intentas comentarle algún aspecto en el que el nivel de relación del alumno no es el adecuado, enseguida te llevan la contraria (porque ellos conocen MUY BIEN a sus hijos, en los que tienen MUCHÍSIMA CONFIANZA), con lo que lo mejor es dejarlo y centrarnos en lo académico, no sea que entremos en un conflicto.
Entiendo que deberíamos como padres animar al profesor a que nos hable con sinceridad de cómo ven a nuestros hijos en estos otros aspectos y escucharlos atentamente. Ya filtraremos toda esa información.
Es más, deberíamos como padres hablar de esto con TODOS LOS PROFESORES, con todos los adultos que tienen la oportunidad de estar con ellos en el ambiente más parecido a la calle. Yo lo intentaría incluso con el personal de administración y servicios si tuviera la oportunidad (Secretarios, Personal de Limpieza, Conserje…). Insisto, si esto va bien, lo académico posiblemente llegue solo.
Vivimos un momento complicado en lo educativo. El gremio de los profesores, posiblemente sea el gremio más criticado y criticable de la sociedad, casi al mismo nivel que los árbitros de fútbol y sólo un paso por debajo de los entrenadores.
Decía un compañero docente, ya jubilado, que debemos asumir que «la familia de los profesores es pública…» (por eso de los insultos..). Estamos presentes en cada casa de nuestros alumnos y seguro que no de la mejor de las maneras. En ocasiones, a los padres «se nos ha ido la pelota» con eso de escuchar a nuestros hijos; debemos ser capaces de filtrar las informaciones que nos dan, debemos tener en cuenta que con los defectos de los profesores, nuestros hijos justifican su falta de éxito académico y solucionan la posible pérdida de privilegios en casa.
Ni todo es blanco ni todo es negro, ni en los profesores, ni en los padres ni en los alumnos; pero los profesores tienen una buena información que aportarnos con eso de que están con ellos en ese mundo intermedio en el que se relacionan con sus iguales. Ya veremos como padres y madres, qué hacemos con esa información.
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