DIALOGO CIENCIA FE FÍSICA
SI YO FUERA PROFESOR DE FÍSICA… Y ATEO:
Un poquito de diálogo ciencia-fe…
Si yo fuera profesor de Física, si además fuera ateo, y si para colmo de coincidencias fuera una persona reflexiva, posiblemente diría que Dios es la Fuerza Gravitatoria, o que la Fuerza Gravitatoria es Dios, que podría no ser lo mismo… y me encantaría contárselo así a mis alumnos.
Tendría que contarlo en Física y Química de 2º, 3º, 4º de la ESO y de 1º de Bachillerato, e incluso en Física de 2º de Bachillerato, porque el campo gravitatorio forma parte del currículo en todos esos cursos (fíjate lo importante que es el temita) lo cual puede ser muy entretenido teniendo en cuenta las edades de los alumnos a los que tendría que contarles esta paranoia. Me mirarían muy extrañados, pero tengo la impresión de que escucharían con atención.
La comunidad científica acepta que el origen del Universo es consecuencia del Big-Bang (dicen que fue hace más o menos 14.000 millones de años). Les contaría a los alumnos, adaptándome al nivel de cada curso, que el Big Bang es consecuencia de una infinita concentración de masa en un punto infinitamente pequeño, posiblemente consecuencia de la fuerza de atracción gravitatoria de lo que quiera que hubiera por ahí. Tal concentración de masa, no puede sino llevar a una explosión que reparte toda esa infinita materia por el espacio. (Hay evidencias de que el Universo se expande… esa es una de las razones por las que se acepta el Big-Bang).
Pues bien, en nuestro entorno, las condiciones en un momento determinado, hace pizco más o menos 5000 millones de años, hicieron que por causas gravitacionales, se formara el sol en el centro de una nube de materia.
El resto de esa materia formó el resto de los planetas, incluida la Tierra, que por causas gravitatorias se quedó orbitando alrededor del Sol.
Esa casualidad, de quedarse orbitando alrededor del Sol a una distancia ideal, durante tantos millones de años, posibilitó que la Tierra modificara sus condiciones físico químicas… de hecho, por la atracción gravitatoria impactaron con ella meteoritos que traían agua en su interior, que además formaron los océanos… que gracias a la fuerza gravitatoria de la Tierra, mantuvo su agua, donde se originó la VIDA.
Los gases que andaban por ahí formaron la atmósfera, que gracias a la fuerza gravitatoria no se nos escapó al espacio.
La vida que se originó en los océanos primitivos, primero de tipo vegetal, genera cantidades importantes de oxígeno… que además permite la formación de la capa de ozono, que gracias a ella puede la vida saltar del océano a la Tierra. Antes de la formación de la capa de ozono por culpa de los rayos infrarrojos necesitaba la vida la protección de una importante capa de agua que los filtraba.
Para colmo, en el proceso de formación del Sistema Solar, tenemos la suerte de que una masa importante se nos queda enganchada en órbita alrededor de la Tierra (gracias a la fuerza gravitatoria que sobre ella ejerce la Tierra). Esta masa es la Luna, que con su influencia gravitacional, produce las mareas, que seguro que jugaron un papel importantísimo en el salto de la vida a la Tierra, ya que con sus periodos de semi-seco y semi-mojado en las costas, en los charcos, animaron a que algunas especies se adaptaran para salir del agua.
Es el momento de mencionar que un amigo mío, profe de mates, dice al respecto, que teniendo en cuenta que el Universo es infinito, la probabilidad de que se produzcan estas casualidades maravillosas es igualmente infinita (en realidad igual a uno -suceso seguro-). Con lo que según esto podríamos no estar solos… vaya usted a saber.
Definitivamente, el origen del Sol, de la Tierra, la presencia de la Luna, la posibilidad de que las posiciones de todos ellos se mantengan estables durante algunos miles de millones de años para permitir la adaptación de la Tierra al inicio de la vida y su posterior evolución es consecuencia de la Fuerza Gravitatoria. Entonces, si fuera ateo, eso, la Fuerza Gravitatoria para mí, sería Dios.
Sin embargo, si fuera creyente y profesor de Física, pensaría que Dios se sirvió de la Fuerza Gravitatoria para realizar su Obra. Claro, tendría que reconocer que los siete días que tardó en realidad fueron 14, pero 14.000 millones de años.
Si fuera creyente además consideraría muy poético y emotivo que Dios se sirviera de la Fuerza Gravitatoria, ya que es la única interacción puramente y siempre ATRACTIVA.
A lo mejor incluso, le resulta divertido que la culminación de su obra, EL HOMBRE, se haya dado cuenta de la herramienta que utilizó para montar todo esto.
Alberto Pérez Montesdeoca
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RELACIONADO CON EL PERFIL DE SALIDA DEL ALUMNADO DE LOS INSTITUTOS DIOCESANOS
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